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Quiero enfocarme, llegar a compartir contenido relevante como muchos otros y así influir positivamente en la vida de otras personas. Para hacerlo necesito tener claro un objetivo concreto para dedicar gran parte de mi tiempo (que no todo mi tiempo) a conseguirlo. Ayer tuve una epifanía: ésto, compartir las cosas que he aprendido, no es algo nuevo, es algo que llevo haciendo desde antes de aprender a programar, desde que vi qué narices era un ordenador y la enorme cantidad de cosas que se pueden hacer con él. Por ello quiero hacer una recapitulación de quién he sido hasta ahora y decidir finalmente dónde voy a poner mi foco.
Allons-y
Si mal no recuerdo, la primera vez que intenté crear una web por mi mismo fue en tercero de la E.S.O., hace ya unos… ¿quince años? más o menos. Descubrí algún tipo de servicio chungo para crear tu propia página web, y si no me equivoco creé algo así como superpablo.es.tl, poniendo reproductores de Windows Media Player y cosas por el estilo dignas del Messenger que se usaba por aquel entonces.
Evidentemente no tenía idea de programar, y por supuesto que no sabía ni siquiera lo que programar significaba exactamente. Sin embargo, lo que sí que me ocurrió desde el primer día (y es una sensación que sigo conservando) es que era capaz de invertir una cantidad vergonzosa de horas en que todo se viera exactamente como yo quería.
En la misma línea, y sólo un poco más adelante, fui creando webs parecidas enfocadas a un sonoro este soy yo y esto son cosas que quiero compartir. Algunas páginas basadas en flash, copias de ficheros que encontraba por ahí manipuladas para que tuvieran los textos que a mí me gustaban. Jamás olvidaré una tarde enseñando uno de estos resultados del que me sentía particularmente orgulloso a uno de mis primos, el cual no entendió para nada de qué me servía a mi producir tal contenido. Él no lo entendía: estaba creando todo eso de la nada, con un ordenador y cambiando cosas… era como magia.
Mezclaba todo esto con fantasías de IRC, somos hackers que no saben lo que es programar, buscamos software gratuito que no necesitamos, manipulamos móviles que se convierten en auténticos ladrillos, *descubrimos Linux* y desarrollamos principios y ética. Un festival de la adolescencia y el tiempo libre.
Foto de Gabriel Heinzer en Unsplash
Descubrí lo que era linux (más o menos) y que por algún motivo era muchísimo mejor que windows, claro. Echaba horas dando la chapa sobre la ética del Software libre frente al privativo, dejando muy claro quienes son los buenos de la películas y quienes son claramente los malvados. Me empapé de la filosofía que iba detrás del nombre de Ubuntu (cosa que aún me fascina, huelga decirlo) y grabé a fuego en mi mente sus ideas generales.
Yo soy porque nosotros somos.
Finalmente alcancé la gloria: en bachillerato descubrí que había una cosa que se llamaba programar, y que permitía copiar unas cosas llamadas JavaScript dentro de una página para hacer que ocurrieran otras cosas: nieve cayendo, una fecha dando vueltas alrededor del cursor, un montón de colores y formas en el fondo de la pantalla… definitivamente magia. Además, a veces lograba manipular pequeñas partes de esos textos para hacer que hicieran cosas ligeramente diferentes (aunque la mayoría de las veces acababa rompiendo todo).
Como parte de este aprendizaje encontré una web llamada miarroba, la cual te permitía guardar una página web de hasta 5 megabytes con el contenido que te diera la gana; os podréis imaginar la fantasía que era para mi algo como eso. He encontrado incluso algún comentario preguntando que cómo se podía colocar una miniatura de la web en la configuración 😅.
Para guardar dentro de la página necesitaba una cosa que se llamaba FileZilla, y tenía que escribir algunas cosas como PHP, que vete tú a saber lo que era eso… pero eso no me detuvo, poco a poco fui elaborando mi siguiente página (por supuesto otro altar a mi ego adolescente): el rincón del poeta.
Aquí intenté hacer algo de magia, descubrí que con PHP se podían crear algunas reglas especiales para hacer contraseñas, y que podías decidir si algunas personas veían una página o no, una locura. Además empecé a intentar hacer cosas extremadamente curiosas con HTML, como lograr poner sombras a algunos elementos (con tablas por supuesto, esto fue mucho antes de que box-shadow apareciera).
Yo no tenía ni idea, pero esto era tan solo un pequeño comienzo las webs seguían sucediéndose una tras otra, aunque con contenido ligeramente repetitivo hasta que, llegado el punto en el que empecé la carrera… me enseñaron a programar.